Kiwi
“Lo bueno viene en frasco chico”, sería una frase especial para el caso del kiwi. Un resplandor de sabor diverso, entre tintes de frutillas y melón, concentrado en un fruto pequeño como la palma de la mano.
Podemos optar por consumirlo solo, pelado y trozado, o bien, cortarlo al medio y comer ambas mitades con cuchara. De hecho, un punto fantástico de esta fruta son sus semillas que se deshacen contra nuestro paladar suavemente.
Por otro lado, sabe combinarse muy bien con otras frutas como manzanas, bananas o frutillas. Nos encanta sumergirlas a todas ellas dentro de yogur cremoso. Una preparación ideal para empezar el día lleno de nutrientes y energía.
Conservación
Recomendamos dejarlo fuera de la heladera a temperatura ambiente hasta que alcancen el punto de maduración, cuando su superficie cede ante la presión. Luego, colocar en el refrigerador por alrededor de 5 días.
Nutrición
- Gran contenido de Vitamina A, C, E y K.
- Aporta Omega-3 y minerales como Magnesio y Hierro.
- Favorece a la circulación.
Recetas
Curiosidades: El kiwi es originario del este de China. Es la fruta nacional de este país oriental. Pero su nombre fue inventado en Nueva Zelanda debido a su parecido con el cuerpo del ave “kiwi” que es el emblema nacional.