1. Es un buen diurético (agua)
Al ser una fruta de tipo carnoso tiene abundante agua, alrededor del 90 por ciento. Gracias a este elevado porcentaje en agua es un excelente diurético.
2. Aumenta las defensas naturales (vitamina C)
“La papaya aporta vitamina C en cantidades tan elevadas que 100 gramos de alimento cubren el cien por cien de la cantidad diaria recomendada para un adulto medio. ¡Aporta incluso más vitamina C que la naranja!”, señala Vanesa León García, miembro del Comité de Prensa de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma).
Entre los beneficios de esta vitamina señala:
• Ayuda a aumentar las defensas naturales del organismo.
• Favorece la formación de colágeno (la proteína estructural por excelencia).
• Activa la absorción del hierro.
• Tiene efecto antioxidante frente a los radicales libres.
3. Mejora la salud de la piel (vitamina A)
La papaya cubre el 25 por ciento de la cantidad diaria recomendada de este nutriente para un adulto medio. Un nutriente que mejora la salud de la piel, las mucosas y el sistema inmunitario.
Como explica León, el beta caroteno es precursor principal de la vitamina A en el organismo. Dentro de sus beneficios se añade la síntesis de melanina, pigmento natural de la piel que ayuda a fomentar el bronceado y protege de la radiación solar.
4. Función antioxidante (licopeno)
“Más importante que la vitamina A en la papaya es el licopeno”, afirma Luis Miguel Luengo, vocal del comité gestor del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
“El licopeno –explica- es un carotenoide que contribuye a la coloración de la papaya y que tiene efecto antioxidante”.
5. Prevención de enfermedades cardiovasculares (flavonoides)
Otro de sus compuestos es el flavonoide criptoxantina, que “actúa como antioxidante frente a los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de las células”, indica León.
“Los flavonoides –continúa- protegen de la oxidación del colesterol LDL, por lo que ayudan a la prevención de enfermedades cardiovasculares”.
6. Restaura el equilibrio ácido-base del organismo (minerales)
La papaya contiene minerales como el calcio, el magnesio, el potasio y el fósforo, que ayudan a restaurar el equilibrio ácido-base del organismo. Luengo puntualiza que aporta una cantidad algo mayor de magnesio y potasio, “si bien no más que otras especies vegetales”.
7. Mejora el estreñimiento (fibra)
León reconoce que otras frutas aportan más fibra, pero no desprecia los dos gramos de fibra por 100 gramos de alimento que aporta la papaya. Luengo destaca que “se ha de tener en cuenta que se recomiendan 14 gramos de fibra por cada 1000 kilocalorías de la dieta, y que la papaya aporta aproximadamente el triple de lo que nos debe aportar un alimento promedio para llegar al objetivo de fibra recomendado”.
“La fibra ayuda a mejorar el tiempo de tránsito intestinal, mejorando el estreñimiento. Ayuda al control de la glucosa y del colesterol sanguíneo y hace que estos componentes se absorban de forma más lenta hacia la sangre. De ahí que se especule con la posibilidad de que proteja contra el cáncer de colon y ciertas enfermedades cardiovasculares”, agrega León.
8. Ayuda a la digestión de las proteínas (papaína)
En las papayas hay papaína, una enzima que ayuda a la digestión de las proteínas de la dieta.
León añade que “existen ciertos estudios preliminares in vitro que sugieren que la mezcla de los componentes de la papaya (en especial cuando no está madura, sino verde) pueden ayudar a frenar el desarrollo de ciertas bacterias que causan enfermedades intestinales, es decir, tiene acción bacteriostática”.
Otros beneficios
Además de todos los nutrientes y beneficios señalados anteriormente, Luengo añade otras propiedades:
• Apunta a estudios que indican que una preparación de papaya fermentada tiene efectos reguladores del sistema inmunológico y antioxidante.
• Afirma que se emplea en la medicina tradicional del sudeste asiático para mejorar la salud ginecológica.
• Indica que la papaya también se ha empleado para el tratamiento de las heridas, debido a su contenido en papaína, que contribuye a eliminar zonas necróticas e iniciar la cicatrización.