Champignones
Inconfundibles, singulares, únicos. Con una particular forma semejante a un botón, los champignones son un clásico conocido en infinidad de platos. Siempre dispuestos a añadir su exclusiva textura y suave sabor terroso.
También se caracterizan por su versatilidad y adaptabilidad. No solamente podemos optar por utilizarlos cocidos, en salsas, salteados o combinados con otros vegetales, sino también crudos, en ensaladas por ejemplo. Aunque las rojas son su debilidad, es posible acoplar junto con todo tipo de carnes.
Por otro lado saben asociarse de modo fantástico con sus pares como son los hongos portobellos u hongos de pino. En forma conjunta generan una mezcla de sabores, texturas y aromas difícil de resistir.
Nos encanta asociar los champignones con otros vegetales condimentados suavemente con un chorrito de aceite de oliva bajo una densa lluvia de hierbas frescas como perejil o ciboulette. Además, su particular forma permite rellenarlos y dar vuelo a la creatividad de rellenos.
Conservación
Es importante colocar los champignones dentro de la heladera por no más de 5 días. Dado que poseen un elevado contenido de agua, recomendamos secarlos correctamente luego de lavarlos y, en lo posible, envolverlos en papel.
Nutrición
- Gran contenido de Agua, Fibras, Fósforo y Potasio.
- Bajo aporte de calorías. Recomendado en dietas de reducción de peso.